Cuando en el verano de 2010, Raúl González Blanco, el capitán y símbolo del Real Madrid durante las últimos años, anunció que dejaba el equipo blanco para irse al Shalke 04, muchos pensamos que se había equivocado en su elección. Pues bien, ayer Raúl volvió a dar la victoria a su equipo alemán. Lleva 10 goles en 19 partidos y, aunque el equipo no esté peleando por la Bundesliga, lo tiene situado a mitad de tabla tras un horroroso comienzo, clasificado para los cuartos de final de la Copa Alemana y en los octavos de final de la Liga de Campeones donde se enfrentará al Valencia. Y sobre todo, y en mi opinión lo más importante, este chico de un barrio humilde de Madrid sonríe en Alemania.
Raúl siempre me ha recordado a una especie singular: el líder de la panda. Ese líder natural que, si pensamos un poco, a todos nos vendrá a la cabeza. Ese que decidía si se iba al cine o a la bolera, el que primero se acercaba a las chicas, el que escogía el bar al que se entraba, ese que cuando no estaba con la pandilla, todo era diferente porque aunque te lo pasabas bien, no era lo mismo. El líder de la panda, lideraba por admiración, por entusiasmo, por convicción, no imponía, convencía con el ejemplo.
Raúl tiene ese perfil de lider de pandilla transformado en deportista profesional. Si lo tienes en tu equipo contagia un entusiasmo especial y te hace creer que, con él en el campo, siempre se puede ganar, y si lo tienes en contra, te tiene continuamente en alerta, sin poder bajar la intensidad. Como señalaba, es el líder que convence con el ejemplo: nunca te pide algo que él no da; llega el primero a entrenar y se marcha el último; es el primero que tira en los ejercicios, va el primero corriendo y si hay que hacer 50 abdominales, hará 52. Se preocupa por el grupo y es el primero que defiende a ese grupo por encima de todo.
En muchos libros y artículos sobre liderazgo se pregunta si el líder nace o se hace. Personalmente, siempre he considerado que hay una mezcla de ambas cosas pero en el líder de la pandilla creo que hay una factor de nacimiento y de entorno importante. No obstante, un líder como Raúl no puede solamente quedarse en ese perfil y valerse de su instinto por lo que tiene que aprender y desarrollarse. Si el líder de la panda no crece, terminará por vivir del recuerdo de lo que un día fue. En este sentido, Jorge Valdano, Director General del Real Madrid, señalaba en una entrevista que si a Raúl le faltaba alguna inteligencia, esa era la inteligencia emocional, y que con el tiempo ha sabido incorporarla.
Mucho se ha hablado del papel de Raúl dentro del vestuario del Real Madrid y de la Selección, e indudablemente los que lo han vivido sabrán lo que realmente sucedió, pero que yo recuerde, publicamente nunca ha tenido una palabra más alta que otra, ni un comportamiento inadecuado, todo lo contrario, siempre ha mantenido el saber estar de un caballero.
Tenia ganas de hablar de Raúl González Blanco, el líder de la panda.
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