Una de las noticias del fin de semana ha sido la descalificación de Novak Djokovic, actual número 1 del ranking de la Asociación de Tenistas Profesionales, del partido de octavos de final de US Open que le enfrentaba al español Pablo Carreño. Tras perder el juego que le ponía 5-6 por debajo en el primer set, la frustración de Djokovic le llevo a golpear a la pelota con la raqueta sin mirar con la mala fortuna de golpear en la garganta a una juez de silla que cayó al suelo. Es claro que Novak Djokovic no quiso golpear en ningún momento a la juez, pero el Código de Conducta del torneo es muy claro al respecto de la acción: si se golpea a alguien con la bola fuera del juego, conlleva la descalificación. El tenista serbio abandonó la pista enfadado y no acudió a la posterior rueda de prensa obligatoria para todos los tenistas. Podríamos hablar de la frustración de Djokovic, del control emocional, de la fortaleza de Rafa Nadal, pero creo que merece la pena quedarse con la reacción posterior de Nole a través del comunicado y que difundió por redes sociales:

«Toda esta situación me ha dejado muy triste y vacío. Pregunté por la juez de línea y el torneo me dijo que gracias a Dios está bien. Lamento extremadamente haberle causado ese mal rato. Tan involuntario. Tan equivocado. No diré su nombre para respetar su privacidad.

En cuanto a la descalificación, necesito mirar hacia dentro y trabajar en mi decepción, convirtiendo esto en una lección para mi crecimiento y evolución como jugador y ser humano.

Me disculpo con el torneo del US Open y todos los involucrados por mi comportamiento. Estoy muy agradecido a mi equipo y mi familia por ser mi férreo apoyo, y a mis fans por estar siempre ahí conmigo. Gracias y lo siento mucho.»

He leído artículos, sobre todo, que hacen referencia al comportamiento de Nole en la pista, su falta de control, su incapacidad de gestionar la frustración, pero he leído muy pocos hablando sobre su reacción de perdón, arrepentimiento y, sobre todo, de compromiso de trabajo personal para aprender del error y que le sirva de crecimiento y evolución personal y deportiva.

Cometer errores es inherente al ser humano, pedir disculpas y aprender de los errores no suele ser tanto. No obstante, se ha ido construyendo una máxima en el campo del desarrollo personal y profesional que dice que de los errores se aprende o que los errores son un paso hacia el éxito. Pues bien, no estoy de acuerdo. Del error no se aprende,  el error es una oportunidad de aprendizaje, pero hay que querer aprender de ello y hay que trabajar para aprender de ello. Parece lo mismo, pero no lo es, y cuando obviamos que los errores son validos siempre y cuando se aprenda de ellos, estamos obviando la parte mas importante del mensaje, estamos dejando a un lado la parte difícil del mensaje, algo que en la sociedad actual pasa mucho.