Este mes quiero rendir un tributo a la poesía que nos ha ayudado a ser más conscientes de que la vida es maravillosa, a que, cada uno a su manera, exprima la vida; a esa poesía que nos ha ayudado a entender que solamente vivimos una vez y que debemos aprovechar el aquí y el ahora. Esa poesía que nos ha ayudado a pasar momentos complicados ofreciéndonos aire fresco y tendiéndonos la mano.
Por ello hoy comparto con todos vosotros como frase del mes la maravillosa poesía de Jorge Luis Borges (Buenos Aires-Argentina 1899.1986) «Instantes» que, a mi personalmente, me ha ayudado enormemente a caminar mejor por este tránsito llamado vida. Os recomiendo leerle diez, cien, mil veces, en voz baja o en voz alta, en soledad o en compañía, pero sobre todo que la disfrutéis. Es un canto a la vida, al no dejarse llevar y además tiene mucho que ver con el coaching y con el (auto)liderazgo.
Si pudiera vivir nuevamente mi vida
En la próxima, trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico, correría más riesgos.
Haría más viajes, contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares donde nunca he ido,
comería más helados y menos habas.
Tendría más problemas reales y imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolificamente
cada minuto de su vida.
Claro que tuve momentos de alegría, pero si pudiese volver atrás,
trataría de tener solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de esto está hecha la vida, solo de momentos.
No te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iba a ninguna parte, sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente. un paraguas y un paracaídas.
Si pudiese volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir, comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con niños.
Si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.
Jorge Luis Borges
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