Recuerdo que cuando Jaime Alguersuari debutó en la Fórmula 1, más allá de ser el piloto más joven en hacerlo (con tan sólo 19 años), y ser español, destacaba la dificultad para pronunciar su apellido. Además por delante tenía la alargada sobra de Fernando Alonso, e incluso me atrevería a decir que la de Pedro De la Rosa.
Esta semana hemos conocido la noticia de que Jaime no continuará en Toro Rosso la próxima temporada. Más allá de las valoración que cada uno pueda hacer de la decisión, quisiera destacar la ejemplar reacción que han tenido Jaime. como su padre.
En estos días, donde quejarse y buscar culpables en la acera de enfrente es el deporte nacional, son dignas de mención las declaraciones de Jaime. No ocultó estar sorprendido por la decisión y, mucho más, cuando recientemente los responsables de Toro Rosso le habían hablado de los planes que tenían para él en 2012. Cuando la mayoría de personas hubiera (hubiéramos) puesto el grito en el cielo, clamando por la injusticia y por las palabras que se las ha llevado el viento, Jaime nos ha dado un ejemplo de comportamiento vital:
- No juzgar cuando vienen mal dadas: Jaime lo primero que ha dicho es que no va a juzgar la decisión. No la comparte pero la respeta; igual que no puso en duda la decisión que tomó el equipo cuando con 19 años y sin un kilómetro rodado en la Formula 1, le dio la oportunidad de debutar. No vale solamente juzgar cuando vienen mal dadas; hay que hacer una valoración de todo el trayecto, teniendo en cuentas también las decisiones que nos han beneficiado.
- Ser agradecido: Jaime no se siente víctima de nada, otra de nuestras «grandes virtudes». Nos encanta sentirnos víctimas de fobias y de planes urdidos a nuestras espaldas para hacernos la vida imposible ¡qué cómodos nos sentimos en ese papel! Siempre que tengamos a quien hacer responsable, lejos quedará nuestra responsabilidad. Jaime se ha quedado con la formación, tanto profesional como personal, que le han brindado desde los 15 años.
- Planes de futuro: Jaime señala que lo que ha ocurrido no es un drama, que tiene planes de presente y de futuro. Generalmente las personas dejamos que las circunstancias dominen nuestras vidas, solemos ser reactivos y no proactivos. Muchas veces cambiamos de trabajo porque en el que teníamos nos ha despedido, no nos han renovado o nos han cerrado las puertas a un mayor desarrollo profesional, sin que manejemos alternativas, lo que hace de la situación un drama. Y sí, existen alternativas. Nadie dice que sea fácil, ¡por supuesto! y el camino puede ser más o menos duro pero si buscamos otras actividades, si nos formamos continuamente, si analizamos la evolución de nuestro entorno y nos preparamos para ello, seguro que situaciones como las de Jaime, aunque dolorosas, serán asimiladas de manera diferente.
Jaime tiene 21 años pero ha demostrado una madurez inusual, y no solamente por la edad sino también por el mensaje que nos ha dejado. Como señalaba en su comunicado, en un país con 5 millones de parados solamente se puede devolver la confianza y el optimismo, luchando y mejorando cada día. Puede que por dentro se esté muriendo de la rabia pero públicamente ha dado un gran ejemplo que he querido resaltar. ¡Bravo Jaime! Gracias por esta lección de pilotaje para la vida.
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