Después de una semana en la que la gripe me ha tenido practicamentedesactivado, las fuerzas y las ganas , poco a poco, comienzan a hacer acto de presencia y la verdad que se agradece. Aunque pensaba que estando en casa podría recuperar algunas lecturas atrasadas, los primeros días estaba tan mal que solamente tenía ganas de estar metido en la cama y pasar la paliza.
Sport Life está entre las revistas que han caído entre mis manos estos días y me ha hecho recordar un tema que para mi ha sido una de las mayores decepciones en los últimos años: Lance Armstrong. Sinceramente, no he sido capaz de ver la entrevista completa, solamente he llegado a ver algunos resúmenes. Lance Armstrong, o mejor dicho la filosofía Livestrong, ha sido una fuente de inspiración en diferentes momentos de mi vida y recuerdo especialmente, y con especial cariño, el último que fue en la preparación de mi primera Media-Marathon. He leído los libros de Lance, he colaborado con su fundación comprado pulseras, ropa deportiva…y, sí, he sido uno de esos ilusos que se creyeron la historia hasta el final. Pensaba que una persona que ha pasado por una enfermedad tan brutal como el cáncer, y más en la medida que sufrió Lance, no sería capaz de poner nuevamente en peligro su salud por una recompensa tan falsa como el éxito haciendo trampas.
De todos modos una vez escuchada la confesión, me reafirmé, y me reafirmo, que más allá del personaje, hay una filosofía de vida llamada Livestrong: de lucha, esfuerzo y apoyo a la gente que lucha contra esa cruel enfermedad llamada cáncer. Por ello me ha gustado especialmente el editorial que Fran Chico (@FranChicoSport) escribe este mes en la revista Sport Life ya que aunque a Fran, a diferencia de mi, no le sorprende la confesión, está en sintonía con lo que pienso sobre este tema. Fran cuenta que siempre le ha gustado el proyecto Livestrong y que, aunque hubiera preferido que ganasen Beloki o Escartín, siempre había pensado que las victorias de Lance tenían un plus: el de dar la esperanza a quien no ve salida en su enfermedad. Fran cuenta que su hijo, que lleva la famosa pulsera amarilla, y para quien Armstrong es un ídolo deportivo, vio con atención la entrevista de Oprah y que al terminar le preguntó si pensaba que se debía quitar la pulsera, a lo que Fran le respondió «Si la llevabas por los 7 Tours de Armstrong, quitatela; si lo haces porque te sientes deportista y quieres demostrar que apoyas a la gente que tiene cáncer, llévala orgulloso». A mi, casualidad, la pulsera se me rompió justo una semana antes de las explosivas declaraciones de Lance. Tal vez no fuera una simple casualidad.
Para mi, más allá del personaje Lance Armstrong, hay una forma de vida que cada uno de nosotros puede construir sobre la base de la filosofía LIVESTRONG: la lucha contra las adversidades, la fuerza por no rendirse, las ganas de superarte a ti mismo, de conseguir un nuevo objetivo, la constancia para conseguirlo, el ser positivo, la lucha contra el cáncer…Yo estoy ahí y seguiré luciendo orgulloso las camisetas porque realmente creo en el lema LIVESTRONG.
Aprovecho para dar las gracias a Fran Chico y su equipo por la fenomenal revista Sport Life.
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