Cuando iba corriendo por las calles de Madrid en la Medio Marathon del pasado 7 de abril, intentaba disfrutar de sus calles, de su gente, de los niños animando, de la gente mayor que, independientemente el tiempo que hagas, sientes que te admira por el solo hecho de participar; policías, bomberos que te aplauden y te dan aliento cuando, por momentos, la cabeza te dice lo cómodo que estarías viendo en lugar de corriendo. Es imposible devolverles el aplauso a todos ellos. Pero en Madrid sí me salió de manera automática aplaudir a una persona. No es fácil reconocer a la gente entre el público pero en un momento conseguí distinguir a María de Villota, piloto de coches, que en julio del año pasado sufrió un grave accidente en el que casi pierde la vida, y no me salió otra reacción que devolverle el aplauso. Le aplaudí por su lucha, por su fuerza, por su sonrisa, por ser un ejemplo.
Hoy he leído unas declaraciones suyas en «El Confidencial» que no han hecho más que reforzar la imagen que tenía sobre ella. El artículo señala que el optimismo, la fortaleza y el pensamiento positivo han sido siempre características de la personalidad de María y sobre lo que la piloto dice que el accidente no ha hecho más que reforzar esa forma de ser sin la que no hubiera podido salir adelante de ese «nuevo nacimiento». Habla de su accidente como una nueva oportunidad que le ha dado la vida tras el que ha cambiado su escala de valores, dándose cuenta que para ser feliz no necesita demasiado. Por último, haciendo un símil con su profesión de piloto, traslada que corremos mucho, no solo con los coches, también en la vida y así lo que ocurre es que nosotros no conducimos nuestra vida, la vida nos conduce a nosotros.
Muchas veces hemos comentado que parece que estamos esperando a que la vida nos de golpes drásticos para cambiar ¿a qué estamos esperando? ¿Cuántas historias como la de María tenemos que leer para darnos cuenta de lo mucho que debemos disfrutar de cada lo momento de la vida?
Gracias por el ejemplo y por las palabras María.
Hola Gorka,
Sólo una nota para decirte que hacía mucho que no entraba a tu blog, y que me encontrado con varios posts que me han gustado mucho. Te devuelvo ese aplauso, para que te acompañe durante esta maratón en la que tenemos la suerte de participar. Eva.
Hola Eva,
con un poco de retraso te agradezco tus palabras sobre el blog y el aplauso que me envías. Es un verdadero placer.
Hola Gorka
Una vez tuve la ocasion de conocer tu blog y ahora de vez en cuando entro para ver tus aportaciones.
Este aplauso de Maria Villota lo he leido con especial atencion pq su caso lo he seguido pues la vida tanto a ella como a mi nos ha puesto en una situacion dificil y aunque no es igual nos ha dado la oportunidad de conocer q la vida es algo grande y q en los momentos duros aprecias valores pequeños q antes no deparabamos en atenderlos.
Creo q en mi caso es como una maraton que la empece hace un año y continua hasta una meta pero tratando de llegar a la meta algun dia.
Hasta pronto y ante los golpes duros momentos pequeños que nos hagan recorrer las miradashacia adelante.
Un saludo
Arantxa
Hola Arantxa,
en primer lugar agradecerte por seguir el blog y por participar con este comentario que aporta muchísimo.
Para mi Maria de Villota es un ejemplo de los muchos casos anónimos que merecen /merecéis este mismo aplauso, este mismo reconocimiento.
Como bien dices, muchas veces pasamos por la vida sin detenernos a disfrutar de mucho pequeños placeres. Como le escuché a un amigo en cierta ocasión, los grandes placeres de la vida son gratis.
Si cualquiera de mis aportaciones suma para que continúes dando pasos en esa maratón que estás corriendo, todo el esfuerzo, dedicación e ilusión que le pongo a este blog habrá merecido muchísimo la pena.
Un abrazo!