No soy de la quinta que tuvo la inmensa fortuna de ver jugar a Johan pero sí de una quinta que ha visto el fútbol tremendamente influenciado por su obra en el FC Barcelona.
Mis recuerdos sobre Johan se remontan a unos vídeos de colección que solía ver antes de ir a jugar mi partido de fútbol. Me sentaba después de comer en el salón y veía a aquel flaco hacer ese regate de engaño por la espalda y luego me intentaba visualizar haciendo ese gesto. Me encantaba verle en aquellas imágenes, con esa pinta de jugador bohemio elegante, dulce en su toque, dinámico, con un cambio de ritmo vertiginoso y con una imagen que representa el puro liderazgo y el paradigma de un jugador con carisma.
Luego los recuerdos me transportan a mi cuarto repleto de fotos del «dream team», con Guardiola a la cabeza que me encandilaba con su juego de cirujano. Ese equipo liderado por el mismo flaco holandés que hablaba raro pero que lanzaba los mensajes con extrema claridad. Desprendía una confianza brutal y una creencia absoluta en sus ideas. Leía que Guardiola en las declaraciones tras conocer su muerte hablaba de lo importancia que le daba al instinto. También Andoni Zubizarreta hablaba de la responsabilidad que trasladaba al jugador. El crecimiento de cada jugador siendo consciente de su responsabilidad.
Tengo que reconocer que en los últimos años terminé desencantado con muchas de las decisiones que tomó pero con el tiempo he ido comprendiendo que la relación con los genios, desde cualquier punto de vista, siempre es complicada. Me quedo con los momentos que pasó en mi casa, de incógnito, sin que él lo supiera, intentando enseñarme más sobre este deporte que tanto me apasiona. Igual que en mi casa entró en la de muchísima gente que desde que se conoció su fallecimiento está dejando constancia de la influencia bestial que ha tenido este jugador y entrenador adelantado a su tiempo.
En alguna otra entrada ya lo he comentado, cuando nos dejan personas que, aun quedando tan lejos de nuestros entorno, han influido en nuestra vida de manera tan importante, es como si una parte de nosotros se fuera con ellos, parte de nuestra juventud que ya no volverá y que ya es historia, historia bonita pero historia y eso siempre genera una profunda tristeza y emoción .
Gracias y hasta siempre Johan!
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