Momentos en que se cruzan los extremos de la vida. El crecimiento aún imperfecto en su esplendor y el declive deshonesto y traicionero. Ambos con sus sonrisas y sus lágrimas. Desde el momento en el que nos creemos invencibles hasta el momento en el que somos totalmente vulnerables. Y la unión entre esos extremos es el camino en el que tenemos la obligación de construir nuestra felicidad. Cada uno la suya. La que busquemos. O no. Sin felicidad. Con melancolía. También vale. Pero al menos seamos actores principales de esa historia. Mirarla fijamente y agarrarla. No apartar la mirada. Ese trayecto nos pertenece. Te pertenece. Me pertenece. Vivámoslo. Un segundo, un minuto, una hora, 24 horas al día. Lo que queramos / podamos. Una sonrisa, una mirada, un gracias, un abrazo, un beso (o algo más..), una canción, una película, un vino, un paseo, un sueño (consciente o inconsciente) un momento de reflexión, compartido o en solitario… Ser fiel al actor principal que merece nuestro guión. Todo llega y todo pasa, al menos, intentemos disfrutar entre la llegada y la salida.
Pensamientos encontrados (III)
*Para entender el origen de estos pensamientos encontrados ir a la entrada del 26 de agosto de 2015.
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