En los últimos años no estoy siendo un gran seguidor de la Formula 1. Tuve mi momento en la época de Michael Schumacher, y con un recuerdo bastante más lejano la época gloriosa de Ayrton Senna y Alain Prost. En aquel tiempo la Formula 1 me parecía bastante divertida, muy diferente a la de hoy en día. Aunque realmente creo que la seguía más por el pique con algún amigo que era de Senna y yo de Prost que por el propio espectáculo.
Esta temporada he ido siguiendo desde la distancia la pugna entre las flechas de plata de Mercedes de Hamilton y Nico Rosberg. A Hamilton como figura del deporte le veo distante, no es una figura que me genere cercanía, ni ganas de profundizar en su historia. Tal vez me equivoque. Por el contrario Nico Rosberg me parecía una figura más amable pero también sin profundizar, simplemente no le conocía.
Hoy Nico Rosberg ha anunciado su retirada. Me he encontrado la noticia por casualidad y he entrado a leer el mensaje que ha difundido a través de las redes sociales… y misteriosamente me he visualizado siendo él. Podría decir que lo he sentido como propio. He vivido su lucha por el sueño deseado, los obstáculos, el trabajo, los sacrificios, he vivido la presión por los resultados y las frustraciones de los último años y he sentido esa última carrera despojado de la presión, disfrutando de cada momento ¿Cuál es el motivo de que esto no pueda ser así siempre? Ese estado de flow con el foco en lo interno, en lo que depende de uno mismo…Eso es lo que buscan los deportistas y tratan de tenerlo presente y que la mayoría de las veces aparece cuando se despojan de todo lo externo que les sobra.
Pero sobre todo de su mensaje he sentido su calma, ese momento en el que se le ha revelado la decisión que iba a tomar, “El domingo de Abu Dabi, por la mañana, sabía que sería mi última carrera. Tenía ese pensamiento claro en mi cabeza. Entonces empecé a disfrutar cada momento de la experiencia, sabiendo que podría ser la última vez… y cuando las luces se apagaron viví las 55 vueltas más intensas de mi vida»

 

Probablemente Nico Rosberg tendrá la vida solucionada y se la podrá dedicar a su familia pero misteriosamente a mi lo que me ha trasmitido ha sido la calma absoluta, la tranquilidad  total de saber lo que quiere hacer, donde quiere estar, quien quiere ser…Muchas veces los egos, las ambiciones mal entendidas nos traicionan y nos llevan a querer más pero más ¿para qué? Tal vez dentro de un tiempo Rosberg se arrepienta y vuelva, o no, pero sentir en tu vida esa calma, esa claridad, aunque solamente sea una vez, creo que merece mucho la pena. Yo alguna vez la he tocado, en ocasiones creo que de manera ficticia, en otras más real pero no de manera totalmente plena. A mi hoy me ha llegado el mensaje de Nico Rosberg. Por un momento me he puesto en los zapatos, muy cómodos por cierto, de Rosberg… Hoy he sido un poco Gorka Rosberg…creo que a esto se le llamaba  empatía ¿verdad?