Hace unas semanas, un grupo de alumnos del Grado LEINN de la Universidad de Mondragón me pidieron un encuentro para conocer mas en detalle ciertos aspectos de mi actividad como coach y consultor, aunque principalmente más de la primera actividad.
La metodología del Grado en LEINN – Liderazgo, Emprendimiento e Innovación – se basa, tal y como se explica en la propia web de la Universidad, en el desarrollo de habilidades y competencias más que en la adquisición de conocimientos. El origen está en la unidad de emprendizaje Team Academy en Finlandia con más de 15 años de experiencia y que ha desarrollado entre otras estas herramientas: Autonomía responsable y Creatividad, Diálogo, Equipos Emprendedores, Sentido de Comunidad, etc.
Una de las particularidades del Grado es la creación de una empresa real en equipo (Team Cooperative) en la que los estudiantes son los protagonistas, creando en equipo las empresas. En el caso de los alumnos que me visitaron su empresa es Koenna Team Company.
Finalmente, el encuentro con los alumnos fue la pasada semana, y la experiencia, para mi, fue muy bonita. Más allá de contarles mi experiencia, lo que me gustó muchísimo fue verme reflejado en ellos. Recuerdo cuando estaba en la carrera y quería ser representante de jugadores de futbol, llamar al despacho de un agente muy conocido por aquí, y, con toda la ingenuidad e ilusión, pedirle una reunión. O llamar a MakeAteam para conocer la posibilidad de trabajar en algún proyecto en Madrid con Jorge Valdano. O plantear al Director Deportivo de Osasuna un programa formativo en liderazgo para los jugadores. Ninguna de aquellas tentativas fructificó, pero la experiencia que saque en tocar puertas y que, al menos, me las abrieran, fue tremendamente enriquecedora.
Realmente, cuando recibí la petición de reunión, me quedé sorprendido con que 6 alumnos de una carrera tan renombrada tuvieran interés en mi actividad, en poder conocer cómo trabajo y que creyesen que les podría aportar algo en su camino. Después de la reunión me enviaron un mail en el que me trasladaban su agradecimiento por el tiempo dedicado y los aprendizajes que se llevaron y, sin embargo, creo que el agradecimiento es totalmente mutuo, y de ahí este post. La ilusión, las ganas de conocer, el brillo en los ojos y la sonrisa en sus bocas es lo que me llevé de la reunión. Creo que, en general, a medida que va pasando la vida, se va perdiendo frescura en nuestras relaciones, en nuestro interés por seguir aprendiendo, dejamos de ser tan soñadores y nos metemos en la rueda viciada de obligaciones y responsabilidades. Conexiones como las de esta reunión me recuerdan la importancia de seguir siendo soñadores para sonreír mucho y que los ojos brillen.
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