Ayer, caminando y disfrutando de un paseo por la Bahía de la Concha, le comentaba a mi mujer la necesidad que suelo tener de acercarme al mar para ver como el mundo nos muestra su grandeza y nos da la oportunidad de respirar. Sí, al ver el horizonte, me matizó ella.
Así, recordé la ilustradora anécdota que contaba el escritor Eduardo Galeano recogida por Jorge Valdano y Juan Mateo en su libro Liderazgo (El País-Aguilar-1999) sobre un amigo que estaba impartiendo una conferencia en una universidad norteamericana «terminada la exposición, un alumno le preguntó qué era la utopía. El amigo de Galeano lo explicó con una metáfora «la utopía es como el horizonte, uno se acerca diez metros y él se aleja diez metros; avanzamos otros cien metros y él se aleja otros cien metros; volvemos a caminar mil metros y el horizonte siempre está a la misma distancia…»Uno de los alumnos, con el sentido pragmático que caracteriza a los norteamericanos y que es tan bueno para algunas cosas, le dijo «pero entonces, la utopía no sirve para nada» y el amigo de Galeano cerró la metáfora «¿Cómo no?, sirve para caminar?» . Pues eso amigos /as continuemos caminando hacia esa utopía.
Caminemos sí…y elijamos bien a las personas con las que queremos hacerlo…
Un abrazo amigo