Supongo que algunos de los gurus bloggers darían por finiquitado el mío ya que mi última entrada fue hace casi ¡tres meses! ¡cómo pasa el tiempo! Algunos otros ya ni siquiera se pasaran por aquí ya que cuando ves que un blog no se actualiza terminas por no insistir en volver a la cita, a mi también me ha pasado. Intentaremos que unos y otros vuelvan por aquí y a ver si los que hoy me leéis me ayudáis en ello.
No conseguí llegar a desearos un feliz fin de año 2014, ni pude enviaros mis mejores deseos para este 2015 que ya avanza veloz hacia su segunda etapa. Hace poco un amigo me preguntaba hasta que fecha se puede felicitar el nuevo año y la verdad no tengo ni idea pero con los que no haya coincidido ¡feliz 2015!! Ahora nos quedan 11 maravillosos meses por delante en los que uno de mis objetivos será pasar, al menos, una vez al mes por este que he considera mi blog balcón y así nadie me pueda gritar aquella frase que tanto me gustaba de «no se me muera…»
Dejamos atrás un 2014 que en mi caso arrancó sus primeros días con una decisión que siempre podré recordar en esas historias melancólicas que no llevan a nada de «y si hubiera…», que continuó por momentos como una Marathon griega de acontecimientos, que allá por septiembre me presentó nuevos retos y decisiones y que finalizó casi pidiendo la hora pero con un podemos (sin coleta) por bandera. En ese trasiego de quehaceres también hubo momentos para disfrutar, siempre en buena compañía, de la buena música del loco argentino y de aquellos que en su día optaron por dar un pequeño salto mortal, de lecturas enriquecedoras, de la buena mesa en nuestros homenajes de barrio y sobre todo de descubrir como mis princesas crecen a un ritmo que asusta porque, en definitiva, ellas se han convertido en mi espejo.
¿Y en el coaching? ha sido un año con momentos emocionantes, nuevas experiencias, nuevos retos, nuevos deportes, aprendizajes y desaprendizajes, de romper barreras y seguir enfrentándome a mis miedos, de admirar cada día más a las personas que me rodean y a esas nuevas que van apareciendo en el camino, de comprobar como con pasión las cosas salen mejor, que con pasión se disfruta de todo mucho y que además te trae recompensas. También de momento de dudas, de tristezas pasajeras, de fracasos constructivos y de ponerse las pilas. Y así arrancamos este 2015, con las pilas a tope, con ganas de seguir aprendiendo y creciendo. ¡¡¡Vamos a por ello!!!
Deja un comentario