En el fútbol siempre he sido más seguidor de jugadores que de equipos lo que me ha llevado a admirar tanto a jugadores de la Real Sociedad, como Carlos Xavier, del Real Madrid, como Fernando Redondo, o del Barça, como Pep Guardiola. Puede parecer contradictorio pero en mi opinión es cuestión de gusto, de apreciar lo bueno por encima de una camiseta. Recuerdo que de los primeros jugadores que admiré, con 11 años aproximadamente, fue un jugador brasileño del Atlético de Madrid: Baltazar. Era un delantero centro que primero militó en el Celta de Vigo y que luego le fichó el Atletico de los inicios del «Gil-ismo». Me pedí su camiseta y le puso el número 9. Creo que no habría más camisetas del Atlético en todo San Sebastián pero yo la llevaba orgulloso a pesar de bromas y demás comentarios. Aquel Atlético no era un equipo campeón, criterio para ver como crece la población de camisetas de un equipo, todo lo contrario, pero a mi me gustaba, yo me sentía identificado con su juego, con su personalidad.
Este pensamiento me vino ayer al ver a dos chavales con camisetas del Atlético de Madrid que ahora sí es más campeón que en los años de mi pasado, factor que puede hacer a los jóvenes acercarse a ese equipo. De aquí pasé a pensar en el termino acuñado como el»cholismo» (filosofía del Cholo Simeone) Personalmente, el Cholo Simeone nunca me ha pareció un personaje simpático, sus formas de jugador siempre me alejaban de admirarlo, más allá de reconocer que era un jugador que se dejaba todo en el campo, hasta en ocasiones, demasiado. Ahora bien lo que ha hecho, y está haciendo, como entrenador con el Atlético de Madrid es digno de admiración. No voy a entrar en debates tácticos, de gusto o de tipo de fútbol. Es un tema de liderazgo, de creer en una filosofía, en una idea, en creer para ver, en que trabajando llegan los resultados, en el que el esfuerzo no es negociable, en que se puede soñar con lo máximo pero paso a paso, partido a partido, trabajo, trabajo y trabajo, la fuerza del bloque, del equipo… O lo sigues o no pero ese es el camino. Ahí, está demostrado que el Cholo es un experto. Aquí me gusta mucho más que como jugador.
Personalmente, me atraen más otros discursos, otros estilos, pero sería de necios no reconocer el valor de este ejemplo. Aprendamos de ello.
Deja un comentario