Muchos pensarán (tal vez pensaremos), que un Rafa Nadal en perfectas condiciones física hubiera derrotado a Stanislas Wawrinka en la final del Abierto de Australia de tenis que se disputó en Melbourne el pasado domingo. Puede ser. Pero también hay que tener en cuenta que Wawrinka venía de vencer al máximo favorito Nole Djokovic y, por ello, dar mucho valor al éxito del eterno número dos suizo, siempre a la sombra del mito Roger Federer.
Detrás del triunfo del pasado domingo de Stanislas Wawrinka ante Rafa Nadal podría haber muchas claves, entre otras haber tomado en su momento la decisión de dejar a su mujer y su hija para centrarse en el tenis. Suposiciones aparte lo que sí parece que ha ayudado en esta consecución es que, desde abril de 2013, Wawrinka viene trabajando con Magnus Norman, ex-jugador profesional sueco y actual entrenador, quien ya realizó un espectacular trabajo con Robin Sodelrling, y que ha sido clave en la mejora del aspecto mental del nuevo número 3 de la ATP.
Como decía Jim Loehr, uno de los más prestigioso psicólogos deportivos que trabajo con tenistas de la talla de Monica Seles o Arancha Sánchez Vicario, y que ahora se dedica al coaching corporativo, trasladando el modelo de alto rendimiento deportivo a la actividad corporativo, «el mejor tenista no es el que pasa más tiempo en la pista, sino el que sabe aprovechar mejor su energía, estar motivado y dar sentido a lo que hace. Para mejorar se debe entrenar con el cuerpo, con la mente, con las emociones y con el espíritu»
Volviendo a Magnus Norman, para el actual entrenador de Wawrinka, es clara su postura respecto al poder de la mente «la confianza lo es todo. Con un jugador joven se puede trabajar la técnica, pero para el desarrollo, ese aspecto mental en el entrenamiento es vital. La mentalidad se puede cambiar pero se necesita confianza y crearla haciendo que el jugador quiera cambiar. A medida que tu jugador mejora y llega más arriba, el centro de trabajo en la pista de entrenamiento debe desplazarse a la mentalización»
Wawrinka lleva tatuadas en su brazo unas palabras del dramaturgo irlandés Samuel Beckett que le sirven como recordatorio de este poder de la mente «Tengo el tatuaje de Beckett en mi cabeza desde hace mucho tiempo. Así es como veo mi vida en particular y también mi vida tenística»
«Ever tried. Ever failed. No matter. Try Again. Fail again. Fail better»
Me parece muy importante quedarnos con el mensaje que quería trasladar en esta entrada:
1- Trabaja tu mente, tu confianza.
2- Inténtalo, falla, falla de nuevo, falla mejor.
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