Último día del año 2013, un año repleto de cosas preciosas, como el nacimiento de mi segunda princesa. Un año en el que los proyectos de coaching han crecido, en el que he podido comenzar un maravilloso trabajo con nuevos jugadores de fútbol y he podido trabajar en el mundo del golf. Un año en el que los malos recuerdos ya están en la basura del olvido. Las personas grises de este mundo no tienen cabida en mi vida.
Pensando en escribir este último post del año creo que no había mejorar forma de hacerlo que con un artículo que twiteé hace un par de semanas. Y lo quiero recoger en el blog para que no se me olvide, para recordarlo cada cierto tiempo, para poder tenerlo muy presente en este nuevo año 2014 y compartirlo con todos vosotros.
Es la historia de una enfermera australiana que durante muchos años trabajó en cuidados paliativos con personas que habían ido a morir a sus casas. Esta enfermera señala que cada uno de ellos experimentó diferentes emociones: la negación, el miedo, el enojo, el remordimiento y finalmente la aceptación y todos encontraron su paz antes de morir. Cuando le preguntaron por los temas que surgieron de manera común ante esas situaciones previas a la muerte, la enfermera contó que se repetían 5 temas:
- Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mi mismo, no la vida que otros esperaban de mi: este era el lamento más común de todos. Desde el momento en que se pierde la salud, ya es demasiado tarde. La salud conlleva una libertad de la que muy pocos se dan cuenta, hasta que ya no la tienen.
- Ojalá no hubiera trabajado tan duro: esto salió en cada paciente masculino que cuidó. Se perdieron la juventud de sus hijos y la compañía de su pareja. Todos los hombres que cuidó lamentaron profundamente el haber gastado tanto sus vidas en la cinta de una existencia de trabajo.
- Ojalá hubiera tenido el coraje para expresas mis sentimientos: muchas personas suprimieron sus sentimientos con el fin de mantener la paz con los demás. Muchas enfermedades se desarrollan como un resultado relacionado con la amargura y el resentimiento que cargan.
- Me hubiera gustado haber estado en contacto con mis amigos: muchos habían llegado a estar tan atrapados en sus propias vidas que habían dejado que amistades de oro se desvanecieran por el paso de los años. Es común para cualquier persona con un estilo de vida ocupado, dejar que las amistades desaparezcan pero cuando uno se enfrenta con su muerte los detalles físicos de la vida desaparecen. No es el dinero lo que tiene una verdadera importancia. Al final todo se reduce al amor y las relaciones.
- Me hubiese gustado permitirme a mí mismo ser más feliz: muchos no se dieron cuenta hasta el final de que la felicidad es una elección. Se habían quedado atrapados en hábitos antiguos. El miedo al cambio les había hecho vivir fingiendo a los demás. Cuando estás en el lecho de muerte, lo que los demás piensan de ti está muy lejos de tu mente ¡Qué maravilloso es ser capaz de sonreír otra vez, mucho antes de que te estés muriendo!
Este post trata de ser un post de felicidad y de esperanza ya que todos los que podemos leer este mensaje estamos a tiempo de cambiar nuestro rumbo en la vida y aprender de las enseñanzas que nos dejan los que ya se han ido.
FELIZ 2014!!!!
Excelente recordatorio Gorka!!
No hace mucho tiempo tuve ocasión de escucharselo a Fidel Delgado, psicológo clínico con mucha experiencia en estos temas, y su relato nos sobrecogió a todos los que estábamos..Que verdad es que luego lo solemos olvidar facilmente en el fragor de las pequeñas batallas, desencuentros y ambiciones del día a día..con nosotros mismos y con quienes nos rodean..
La lucidez, esa cualidad que hace de nosotros mejores personas. Un poquito más de ella. Eso es lo que pido para todos nosotros para el 2014.
Un fuerte abrazo y hasta pronto! 🙂