Menos mal que en ocasiones comparto mis ideas con personas de mi entorno ya que si no pensarían que al ver proyectos de otros me invento que yo también había pensado lo mismo. Hace ya varios años comencé el proyecto de escribir un libro sobre liderazgo (por aquí sigue el borrador) inspirado en personajes deportivos. Valores que según mi opinión debería tener cualquier líder, de cualquier disciplina, y que podían encontrarse en esas personas. Quien sabe, tal vez más en algún momento os pueda decir que ya tengo el libro en la cocina pero de momento nos tendremos que conformar con que mi admirado Jorge Valdano, desde una perspectiva similar, ha publicado su último libro «Los 11 Poderes del líder. El fútbol como escuela de vida». En el mismo Valdano enumera como si de una alineación se tratara los 11 poderes que considera más relevantes de un líder utilizando el fútbol como medio de descripción. A continuación os dejo un resumen de las ideas clave:
- El poder de la credibilidad: «la credibilidad como la consecuencia y la recompensa de una trayectoria impecable desde la trayectoria ética. La credibilidad se alimenta de valores, en hacer lo que se dice que se va hacer, en la cultura del esfuerzo, en respetar a la persona, etc. La credibilidad es una condición que cuesta mucho conseguir y poco perder. Al final aprendemos imitando y sólo se imita aquello que se admira».
- El poder de la esperanza: todo gran propósito debe llevar una esperanza dentro, porque la ilusión es el mayor energético. Por esta razón, el líder debe ser capaz de defender un gran sueño para que el equipo entero lo convierta en un desafío colectivo. El líder debe ser un especialista en cada uno de los miembros de su equipo, para descubrir cuál es la expectativa de cada cual y poder darle a cada individuo una esperanza adaptable a sus ambiciones personales. Juan Sebastián Verón, capitán de Estudiantes de la Plata antes de la final del Mundialito contra el Barcelona reunió a sus compañeros y les dijo: «Disfrutemos de estos momentos que van a quedar en la memoria de todos, en la memoria de cada uno de nosotros, cuando en el futuro nos juntemos para revivir estos»
- El poder de la pasión: los 4 escalones que un jugador de fútbol tiene que subir para alcanzar el profesionalismo serían los siguientes: la naturaleza, la práctica, la exigencia y la pasión que hace agradables todos los sacrificios a los que obliga el deporte de alta competición. En cualquier ecuación cuyo resultado final aspire al éxito, no puede faltar su principal motor: la pasión. La pasión tiene la virtud de ser contagiosa, es ambiciosa y tiene la capacidad de detectar oportunidad. El apasionado puede perder pero lo que nunca hará es rendirse porque la perseverancia es una característica de las personas apasionadas. La pereza es una tentación que la pasión no conoce.
- El poder del estilo: es estilo es mucho más que la forma. Es el modo de ser de una empresa o de una persona. Lo que nos indica cuál es la sensibilidad profunda que la anima. Y quien tiene un modo de ser, se distingue, marca una diferencia. Si olvidamos que el estilo se antepone, ponemos en riesgo todo, incluso el resultado. «There is no medal or thophy better than being aclameid for your style» «No hay mejor medalla o trofeo que ser aclamado por tu estilo» (cartel en un vestuario del Manchester United)
- El poder de la palabra: no nos engañemos, todo está en la cabeza; es ahí donde el líder se tiene que meter para empujar a sus jugadores hacia el máximo esfuerzo y compromiso. Eso sí solo quien sabe escuchar será capaz de encontrar las palabras justas para comunicar con el sentido que la oportunidad lo merece.
- El poder de la curiosidad: en un mundo en el que el tiempo se ha vuelto más impaciente, quien carece de inquietudes corre el riesgo de volverse viejo en un año. Solo la curiosidad nos permite perderle el miedo a este estado de cambio permanente.
- El poder de la humildad: la humildad respeta las diferencias, pero mucho más que eso. La humildad sabe escuchar, genera empatía y produce confianza. La humildad es la única rienda posible para contener las tentaciones siempre casquivanas de la vanidad. El hombre humilde sabe compartir, sabe reconocer la importancia del otro y gracias a su generosidad suele convertirse en un gran referente.
- El poder del talento: en todo líder debe haber un pedagogo capaz de lograr que su discípulo se sienta único y, para eso, es necesario enamorarse de una virtud. Todos nacemos con cierta predisposición para una actividad y, cuanto antes la descubramos, antes encontraremos nuestra vocación y los estímulos eficaces para desarrollarla. Ahora bien para los que la cuna no fue tan generosa, las carencias hay que convertirlas en un desafío para la voluntad. Porque lo cierto es que incluso para quienes nacieron con una gran ventaja inicial no se inventó nada que sustituya el esfuerzo en los procesos de aprendizaje y mejora continua del talento.
- El poder del vestuario: el poder del vestuario es el poder del equipo, y el éxito del equipo se manifiesta cuando el rendimiento colectivo es superior a la simple suma de talentos. El líder debe fortalecer un sentimiento solidario, sentir que todos se sienta orgullosos de la idea que representan.
- El poder de la simplicidad: el poder de la simplicidad es un arte que debemos saber apreciar porque nos descubre lo sustancial, nos permite ahorrar energía y tiempo y porque alcanza la belleza de lo esencial. Los líderes de verdad toman el camino recto evitando complicaciones que, en ocasiones, parecen atajos descubiertos por el instinto pero para que algo así ocurra, detrás de esas intuiciones tiene que haber mucho conocimiento.
- El poder del éxito: el éxito no como una vitrina para exhibir ante los demás un logro, sino como una íntima satisfacción por haber conseguido el objetivo, es el orgullo por el trabajo bien hecho, es un sentimiento de plenitud porque nuestro esfuerzo ha servido a más gente. Rafa Nadal en el deporte es el símbolo del éxito porque su voluntad desafía todos los límites, porque sabe ganar y perder, porque siempre hace y dice lo que debe. Porque el éxito solo tiene sentido si está sostenido por una ética de vida y él lo demuestra de un modo permanente. El mundo está lleno de héroes anónimos que son un ejemplo silencioso. Y que saben que el éxito nunca es el final del camino, sino un feliz escalón hacia la siguiente conquista.
De estos 11 poderes que relata Jorge Valdano comparto la mayoría pero creo que sustituiría algunos otros, si bien es cierto que todos en su conjunto, los que están y los que añadiría, creo que valen para completar la sencilla definición que Pep Guardiola hizo del líder en una conferencia «El líder es aquel que hace mejor al otro». Y esta definición no por sencilla es menos compleja, sino preguntaros cuántos de vuestros responsables, jefes, entrenadores, etc. os hacen mejores.
Muy buena reseña, muchas gracias por compartirla con todos nosotros. En mi caso, me considero un gran admirador de D. Jorge Valdano, tanto como deportista, entrenador y director deportivo como, y especialmente, comunicador. Desconocía la existencia de este libro y lo he descubierto gracias a tu blog. Espero hacerme con él en breve, creo que puede ser una lectura interesante y de fácil aplicación a nuestro ajetreado día a día en el mundo laboral.
Un saludo y gracias otra vez.