Recientemente, un amigo me contaba que en su trabajo le habían dado una noticia que no esperaba, que había tenido mala suerte. Yo le pregunté si el creía que había hecho todo lo que estaba en su mano dentro de su ámbito funcional. Y me respondió que sí. Le pregunté que si tuviera la oportunidad de cambiar algo de lo realizado, habría algo que modificaría. Me respondió que no. Y finalmente le pregunté si tenía ganas de seguir aprendiendo y progresando en su actual trabajo. Y me respondió que sí. Ante esta realidad, le conté un cuento oriental que me vino a la cabeza y que comparto con vosotros:
«Erase una vez un anciano que tenía un caballo que lo ayudaba a labrar la tierra y cultivar su campo. Un día, el caballo escapó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano se acercaban para darles las condolencias y lamentar su desgracia, el anciano les dijo: -¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quien sabe? Una semana después, el caballo volvió con una manada de caballos salvajes; tantos que aquella miserable finca paso a ser una de las que mas animales poseía. Entonces los vecinos felicitaron al anciano por su buena fortuna. Este respondió de idéntica forma: ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quien sabe?
Cuando el hijo del anciano intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió la pierna. Todo el mundo consideró eso como una desgracia. No así el anciano que se limito a decir una vez mas: -¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe? Una semana mas tarde, el ejercito entró al poblado y fueron reclutados para la guerra todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del anciano con la pierna rota, lo dejaron tranquilo ¿Había sido buena suerte? ¿mala suerte? ¿Quién sabe?
Dejemos de juzgar las situaciones desde posiciones previstas. Algo que a primera vista puede ser malo, luego puede resultar bueno y viceversa. Hagamos un análisis de nuestra situación y, en función de eso, trabajemos en establecer una meta a la que dirigirnos. Y si algo no nos gusta, nos nos convence, después de un análisis objetivo, busquemos alternativas en el mismo sitio…o en otro sitio.
El cuento es muy sabio pero no es sólo por lo que nos pasa, también lo es por lo que hacemos, casi no sabemos nada de sus consecuencias, en realidad.