La semana pasada Barak Obama, en su primera comparecencia tras las elecciones legislativas de EEUU, asumía la «paliza» recibida por el partido demócrata y reconocía errores en su gestión, tanto de contenido como de comunicación. Días después, leía un artículo que hacía referencia al saber perder de Obama como una excepción, especialmente, entre la clase política.
¡Cuánto nos cuesta reconocer nuestros errores! ¡Cuánta energía gastamos intentando buscar excusas por los fallos cometidos! Por ello, hoy quiero reivindicar el error positivo. El error que nos hace reflexionar para dar el siguiente paso. El error que nos ayuda a crecer y que nos ayudará a encontrar el camino correcto, la acción correcta. El error que nos ayuda a aprender.
Es un buen momento para recordar a Thomas Edison, que en sus investigaciones sobre la luz eléctrica repetía a menudo que cada error que dejaba atrás era un nuevo paso adelante.
Creo firmemente que fallar es una paso más hacia el éxito, y si no les ayuda mi firme creencia, pregunten a Michael Jordan, uno de los mejores deportistas de la historia, qué piensa al respecto. Les dejo con él: