En la revista de octubre-diciembre Dirigir Personas editada por aedipe (Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas- www.aedipe.es ) he leído una interesante entrevista sobre la implicación en el trabajo a Silvia Damiano ( http://www.silviadamiano.com ), experta en neuroliderazgo y compromiso. En la entrevista Silvia, mediante la moraleja de los huevos con bacon, que algunos seguro conoceréis, explica la diferencia entre la implicación y el compromiso, donde la gallina está implicada (ha puesto los huevos) y el cerdo está comprometido ( se deja la piel) a la que Silvia ha buscado una palabra intermedia «implicame»reforzando la figura del directivo y la empresa para crear ámbitos de trabajo que fomenten el compromiso. En la entrada «Absentismo y motivación» ya comentamos desde nuestra visión la motivación externa e interna en la que debe prevalecer la segunda sobre la primera, siempre con un entorno que lo posibilite y lo refuerce. De esta entrevista, quiero destacar, para compartir con todos vosotros, el decálogo del líder que implica, ya que recoge los valores que venimos identificando en el líder del siglo XXI:
- Tiene una visión clara de hacia donde se dirige y sabe ajustarla cuando es indispensable.
- Tiene confianza en si mismo y pide consejo cuando lo considera necesario.
- Se comunica abiertamente y con honestidad.
- Sabe aceptar sus errores y los de los demás.
- Construye un clima positivo para que el personal alcance su potencial.
- Involucra a otros en su toma de decisiones solicitando ideas y sugerencias.
- Reconoce las individualidades de sus colaboradores y genera oportunidades para que la personas pueda utilizar sus talentos.
- Reconoce y felicita con generosidad y de forma genuina.
- Lidera con su ejemplo (hace lo que predica).
- Sabe confrontar con asertividad situaciones y personas, aunque sea difícil e incomodo.
Gracias a aedipe y a Silvia Damiano por la entrevista.
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