El domingo desde las 20.40 me empezaron a llegar mensajes con el mismo contenido “Kobe ha muerto”. Tuve que leer varias veces el primer mensaje y preguntarme «¿Kobe? ¿Qué Kobe?» Mi cabeza no podía unir la palabra muerte con Kobe Bryant. Empecé a consultar las noticas en internet y todavía en esos primeros momentos se esperaba que fuera una error de la cadena TMZ que suele tender al sensacionalismo. Desagradecidamente, en esta ocasión, acertaban, y a medida que avanzaba la noche, la noticia conllevaba más dolor. Además de Kobe, fallecían en el mismo accidente de helicóptero su segunda hija  Gianna de 13 años, John Altobelli, amigo personal de Bryant, junto a su mujer Keri y su hija Alyssa, amiga de Gianna. También perecían en el accidente Sarah Chester y su hija, Payton Chester compañera del equipo de baloncesto de Gianna Bryant; Christina Mauser, entrenadora de baloncesto femenino de 38 años y madre de tres hijos, y Ara Zobayan el piloto del helicóptero.

El foco mediático se ha centrado en Kobe Bryant y en su hija Gianna por la repercusión del shock que ha dejado esta pérdida. Suele ser habitual que cuando alguien de este magnitud fallece los elogios se desborden, lo que nos puede llevar a ser escépticos respecto a algunas de las historias que nos cuentan. Sin embargo, el impacto que ha tenido la noticia de Kobe yo no lo había visto hasta la fecha: jugadores en shock, llorando y sintiéndose perdidos como si se hubieran quedado sin su brújula, sin su mentor, Los Ángeles Lakers poniendo un equipo de psicólogos a disposición de los empleados del club para superar la pérdida, las más grandes estrellas de otros deportes (tenis, fútbol, fútbol americano…) hablando de cómo les ayudó Kobe en sus carreras y, sobre todo y especialmente, gente de diferentes generaciones que no le conocía directamente y sentían como si hubiera fallecido un familiar cercano.  Creo que cuando se dice que el deporte es solamente deporte, un ejemplo como este es el que nos demuestra que no es así, que la vida y obra de un jugador de baloncesto como Kobe Bryant va mas allá de lo que ha hecho dentro de una cancha.

Además de la felicidad y el disfrute que nos ha supuesto verle jugar a baloncesto, que es mucho, la figura de Kobe ha servido a miles de personas, deportista profesionales y no deportistas como yo, de inspiración. Ha sido ejemplo en pequeñas o grandes luchas que todos tenemos en nuestro día a día.  Nos ha servido de guía en valores como el esfuerzo, la motivación, la constacnia, la lucha por los sueños, independientemente que ese sueño sea ganar un anillo o salir por la mañana por la puerta y hacer que tu trabajo sea mejor. Este camino no ha estado exento de dificultades ya que Kobe también tuvo que lidiar con su ego, modificar su liderazgo individual inicial, entender que el equipo está por encima del individuo, pero ahí está la capacidad de los grandes de adaptarse y aprender.

Además de su figura como deportista, Kobe, marcado por su experiencia de vivir de niño en Italia, ha sido ejemplo de admiración y respecto hacia otras culturas como la europea, superando complejos muy norteamericanos. Contaba Jose Manuel Calderón que tras la victoria de USA sobre España en la final de los JJOO de Londres, Kobe pasó por el vestuario de la selección española para felicitar uno por uno a todos sus integrantes. Es muy posible que su estrecha relación con Pau Gasol, quien lo ha denominado como su «hermano mayor», también nos haya acercado a conocer más la figura de Kobe. También fue una persona muy cercana a la comunidad hispana, su ahora viuda Vanessa  de nacionalidad mexicana y su curiosidad le hicieron hablar de manera muy correcta el idioma español lo que le acercaba a esta comunidad que esta viviendo momentos complicados en USA. Por otro lado, Kobe era cercano a la figura de Jeanie Buss, presidenta de Los Ángeles Lakers, a quien había pedido que diera un paso adelante como referente de las mujeres directivas en un mundo de hombres, y, por otro lado, estaba impulsando el baloncesto femenino en el que estaba dando prometedores pasos Gianna. Uno de los últimos éxitos de Kobe fue ganar un Oscar en 2018 con el cortometraje animado ‘Dear Basketball’, producido por Granity Studio, su compañía multimedia. El corto surgió a partir de la carta que Kobe Bryant envió al The Player’s Tribune anunciando su retirada de la NBA en 2015. La animación corrió a cargo de Glen Keane y la banda sonora de John Williams.

Creo que las palabras de Kareem Abdul-Jabbar, una de las grandes figuras del deporte de todos los tiempos, resumen perfectamente lo escrito hasta ahora «Most people will remember Kobe as the magnificent athlete who inspired a whole generation of basketball players. But I will always remember him as a man who was much more than an athlete.» Por lo que voy leyendo, no solamente Kareem le va recordar como más que un atleta, muchos de nosotros también.

Tragedias como esta nos vuelven a poner delante de la fragilidad del hilo que une la vida y la muerte, el carácter finito del tiempo que estamos aquí.  Dentro de un orden y de las posibilidades de cada uno, parece conveniente no dejar muchos planes para el futuro ya que no sabemos el futuro cuan largo será.

«La vida es muy corta para estar triste o desanimado, sonríe y sigue con ella»

Kobe Bryant (1978 – 2020)

 

Foto: mi camiseta de Kobe Bryant. Selección USA JJOO. Londres 2012