Desde que estalló el problema del COVID-19 se han escrito multitud de artículos, consejos, recomendaciones de cómo debe ser el liderazgo en esta época convulsa que no está tocando vivir. No queriendo ser repetitivo en el análisis, a continuación recojo, desde mi conocimiento y experiencia profesional, ideas relevantes a la hora liderar. No considero que sean ideas solamente para momentos complejos como el actual, pero ahora especialmente pueden ser utilidad:

  1. Adaptación: lo primero que debemos de entender es que cada persona que lidera un proyecto empresarial puede encontrarse ante una realidad diferente a cualquier otro líder. No hay empresas iguales, sectores iguales, situaciones financieras iguales, plantillas de personal iguales, culturas de empresa iguales, por lo que cada líder debe adaptarse a su particularidad concreta. Algunos proyectos podrán subir salarios, otros mantendrán condiciones, otros tendrán que tomar decisiones más drásticas.  Es muy fácil desde fuera decir que se tomen medidas no drásticas, invertir en formación, no acogerse a medidas administrativas etc, pero conozco muchas empresas que todos, o gran parte, de sus beneficios, si los tienen, los utilizan para comprar nuevas maquinas, para ampliar instalaciones, para abordar nuevos proyectos…y momentos como el actual les puede coger con situaciones financieras complicadas. La adaptación a la realidad es una de la mayores fortalezas de un líder, debe jugar con las cartas que tiene en ese momento y no dejarse llevar por situaciones externas. Utilizando un símil del deporte,  la ola que le viene es la que tiene que surfear y a la que se tiene que adaptar.
  2. Auto – Confianza: la autoconfianza del líder basada en el trabajo, en la formación, en conocer donde están las fortalezas de su talento, en su experiencia, en sus objetivos, en la gestión de sus emociones, en su lenguaje verbal y no verbal con las personas. Todo ello hará que el líder muestre auto-confianza en si mismo y desde ahí trabaje en la confianza del equipo. Este trabajo no es de ahora, por lo que todo aquel líder que se haya venido trabajando, estará mejor preparado para afrontar este momento, tendrá más recursos.
  3. Vulnerabilidad: en muchas definiciones se ha vinculado el liderazgo a personas decididas, que no muestran dudas, ni debilidades. Sin embargo, desde la confianza del punto anterior,  el líder que que es capaz de mostrarse vulnerable, especialmente  ante una situación desconocida como la que estamos viviendo, gozará de credibilidad ante el equipo. La vulnerabilidad, al contrario de lo que piensas bastante gente, no es debilidad, no es rendición, es confianza en que no sabes todo, en que no tienes todas las soluciones, ni todo el conocimiento y que eres capaz de aceptarlo y compartirlo con el equipo. Desde esa confianza y esa vulnerabilidad, el líder es capaz de adaptarse y buscar alternativas, de encontrar aliados, rodearse de personas mejores que él en diferentes campos, de acompañar a todo su equipo a conseguir sacar la mejor versión que les llevará lo más cerca posible del mejor resultado.
  4. Gestión de las emociones:  los lideres no son super-heroes /heroínas, son personas que también deben aceptar los miedos, los momentos de tristeza, de duda. No soy partidario de decir que hay emociones positivas o negativas ¿acaso la tristeza en una emoción negativa cuando fallece un familiar? o ¿es negativo tener miedo cuando todo tus ingresos se han quedado a 0? Lo que viene a veces no conviene en absoluto y no pasa nada por decirlo y sentirlo. Ni gracias al Covid por pensar que nos va a hacer mejores, ni conviene que el Covid haya llegado. Ahora bien, lo tenemos aquí encima y una vez que aceptamos que está aquí estaremos mejor adaptados para poder enfrentarnos con todos nuestros recursos. Estar enfadados, frustrados o cagados de miedo con este terrible virus es normal, sin embargo  estar constantemente enfadados no nos va ayudar a adaptarnos a esta situación. El miedo es una de las emociones que ahora mismo pueda estar más presente, una emoción que nos puede llevar al bloqueo. Una de las mejores frases que he leído sobre el miedo es de Nelson Mandela “Aprendí que el coraje no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es quien no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo”.  Siente miedo líder, acepta ese miedo líder,  y desde ahí busca la manera de conquistarlo.
  5. Optimismo: en los últimos tiempos el excesivo buenísimo y los mensajes de super wonderful han confundido el positivismo y el optimismo con estar todo el día de buen humor, sonriendo y de buen rollo. El líder optimista también tiene días malos, también tiene momentos de duda, de enfado, la diferencia es que enfoca su atención en las acciones que puede hacer para cambiar, en las acciones que le pueden llevar a salir de la situación que no le gusta. Pone el foco en las situaciones que le pueden ayudar, enfoca sus pensamientos en lo que le puede ser favorable siempre desde un análisis objetivo de la realidad. En un contexto como el actual, un líder optimista acompañará a la organización siendo proactivo, siendo resiliente,  promoviendo soluciones, acciones, creando un ambiente de trabajo positivo. Hay que recalcar que este líder no vende humo, no realiza falsas promesas para mantener el ánimo alto y, sobre todo, no dice que todo va salir bien sin tener certezas; ese no es un líder optimista, ese es un líder irresponsable.
  6. Toma de decisiones: como hemos comentado, ante el miedo el líder debe ser consciente del mismo, entenderlo y después abordarlo, en este caso, con la toma de decisiones. Ser líder no es sinónimo de infalible, el líder también se equivoca, no es perfecto, pero se equivoca tras tomar una decisión que ha analizado, explorado, meditado y consultado. Durante esta última época donde se ha promovido un liderazgo mas participativo, uno de los problemas que se empezaba a detectar en algunas organizaciones era que esos liderazgos participativos estaban llevando a CEOs y directivos a no tomar decisiones. Ahora que estoy releyendo a Stephen Covey es importante diferenciar las decisiones «administrativas» del verdadero «liderazgo». Saber qué decisiones son de liderazgo y por dónde hay que ir en situaciones criticas requiere, en ocasiones, de agilidad y decisión, y el líder debe distinguirlas. El líder es el que ve el bosque.
  7. Comunicación: informar a las personas de la organización de lo que se pueda informar en cada momento, ni engañar, ni ocultar información, ni generar esperanzas sobre lo que no se tiene certeza. La comunicación también es acercarse a las personas, preguntar, saber cómo se encuentran y, sobre todo, escuchar activamente. Hoy en día estamos más alejados y no tenemos tanta cercanía y presencia física por lo que hay que adaptarse aquí también y utilizar los medios de los que disponemos ahora: video-llamadas, mensajes por movil, apps corporativas, llamadas telefónicas… Mantener ese contacto de manera periódica con transparencia, humildad y honestidad. Las personas que están recibiendo información periódica por parte de los lideres de las organizaciones se están sintiendo agradecidos y valorados. Se sienten parte de un proyecto.
  8. Reconocimiento: en relación con la cercanía con las personas de la organización, reconocer el esfuerzo que está haciendo el personal ya sea desde casa, ya sea acudiendo a las empresas, es sinónimo de empatía y de agradecimiento. A todos nos gusta que nos refuercen el trabajo que hacemos y mas en los momentos críticos donde muchas veces estamos dando algo más de lo que tenemos. El líder en ese contexto de cercanía comentado en la idea de la comunicación, debe aprovechar para dar reconocimiento y agradecer a las personas de la organización.
  9. Equilibrio: el lider necesita equilibrio para pensar mejor, para tomar las mejores decisiones. No por trabajar 24 horas el resultado va ser mejor, al contrario, muy probablemente va ser peor. Trabajar mucho no es sinónimo de un mejor resultado, por ello el lider debe equilibrar su vida familiar y personal. Buscar su espacio, sus momentos para él y para su familia / amigos / relaciones. Estamos viviendo un aluvión de cursos, seminarios y entrevistas on-line, es un buen momento para detenernos y valorar si queremos estar en esa nueva vorágine de exceso de conocimiento y exigencia de actividad. El otro día «Mi amigo el sabio» me mandaba la siguiente frase del psicólogo danés Svend Brinkmann: «la vida moderna es una vida acelerada. Si quieres vivirla, no dejes de moverte, no dejes de superarte y de ser cada día más feliz. Eso es lo que nos han contado, pero lo cierto es que estas exigencias se pagan con estrés, burnout, depresión y una lenta transformación de nuestras relaciones sociales en formas de negocio». Equilibrio.
  10. Acompañamiento: en este camino de equilibrio puede ser de utilidad que el líder busque un acompañamiento externo a su empresa o entorno. Una persona que no juzgue sus reflexiones, sus planteamiento o ideas, que le escuche y que le lance preguntas que le puedan llevar a la reflexión y a la toma de decisiones. Esta persona puede ser un coach, un mentor, un colega de profesión que le pueda ayudar. Lo importante es que se pueda generar un contexto de confianza donde el líder se sienta cómodo para lanzar cualquier reflexión, que le ayude a vaciar la cabeza y recoger lo valioso de ese ejercicio. También son contextos donde el líder puede prepararse y entrenar para afrontar comunicaciones o decisiones complejas.

Para finalizar decir que creo importante no cerrarse a listas, ni consejos concretos. Como decía en la primera idea, la adaptación es fundamental, también a la hora de aprender y de incorporar nuevas claves. Estas son algunas de las que os comparto entendiendo que son importantes, pero seguro que hay mas. Espero que puedan servir de ayuda.